Uno de los últimos rincones de Noruega que me quedaba por ver era éste. Un pequeño paraíso en forma de archipiélago muy cercano a la costa en la parte norte del país. Sus principales características son la tranquilidad, las pequeñas islas, las grandes elevaciones de roca, el sol de medianoche, los bacalaos secados al sol, los pueblecitos pesqueros, las playas de arena blanca y fina. Vamos, un pequeño paraíso.
Estuvimos en el archipiélago unos cuatro días, donde alquilamos un coche y nos movimos como quisimos. El punto de partida fue el aeropuerto de Evenes, compartido por las ciudades de Harstad y Narvik.
Puerto de Svolvær, la capital de las Lofoten
Restaurante en el centro de Svolvær
Aunque el nombre pueda parecer familiar, no se refiere al pescado en sí, sino que ese nombre se le da a una manera de cocinar el bacalao. Sí, es raro.
Una de las escalas del crucero Hurtigruten
Este crucero es uno de los muchos que recorren la costa noruega haciendo escala en varios puertos por el camino. Se trata del Hurtigruten y es muy famoso en verano. Aunque hicimos una noche en Kabelvåg, el primer día solo visitamos la capital y poco más, hacía bastante mal tiempo y no había muchas ganas de pasar frío.
Puerto de Henningsvær, un pequeño pueblecito de pescadores
Si no pudimos dar muchos paseos al aire libre por el tiempo tan malo, aprovechamos para visitar pueblos de los alrededores y deambular con el coche por carreteras desconocidas. Así fue más o menos como acabamos en Henningsvær. A la vuelta vimos una playa de arena blanca en una cala muy bonita, lástima que hiciese tanto frío…
Esta es la playa en cuestión
Pero claro, como no podía ser de otra manera, y a pesar del mal tiempo… el bañito cayó.
Saliendo del agua deprisa y corriendo
Fuí incapaz de estar en el agua quieto y sumergido completamente más de un segundo. No pude parar de correr ni al entrar ni al salir. Al llegar a la arena me dolían las piernas un horror del frío y se me quitaron las ganas de más baños. Eso sí, me arrepentí de no haberme bañado el año pasado cuando estuve en Svalbard. Hubiese estado bien poder contar que me bañé en el Ártico. Si por casualidad vuelvo allá como es mi intención, lo haré.
Otro de los sitios que visitamos en esos días fue el museo vikingo de las Lofoten. No tiene ni punto de comparación con el que hay en Oslo. De acuerdo que el de Oslo tiene los restos de barcos vikingos mejor conservados del mundo, pero en Lofotr hay reconstrucciones de viviendas y barcos vikingos con los que puedes hacerte una idea mejor de cómo vivían.
Una reconstrucción de barco vikingo en el fiordo
Tirando unas flechitas, vaya estilazo
Remando en el barco vikingo, lástima que estuviese amarrado
Mientras nos íbamos moviendo hacia la isla más alejada de tierra firme, el tiempo fue mejorando poco a poco y todo parecía tener más color.
Uno de los múltiples lugares en los que se cuelga el bacalao al sol
Estos bacalaos son muy típicos de esta zona de Noruega. Se venden como snack ya que están secos, pero a mí no me hicieron nada de gracia. Aparte de que ver cómo se secaban al sol mientras montones de moscas revoloteaban a su alrededor no contribuyó a que me gustasen.
Por fin llegamos al lugar más bonito de todas las islas, un pequeño archipiélago rodeado de montañas. Allá pasamos dos noches en la isla de Hamnøya.
Haciendo posturitas como siempre
Esta es la isla de Hamnøya y la casa blanca grande de la derecha es en la que dormimos
Aquí estuvimos de relax aunque pudimos hacer de todo: ver un partido del Mundial de la selección española, ir de ruta y tratar de ver el sol de medianoche.
Cuando digo que era el paraíso, es que realmente lo era
En cuanto al sol de medianoche, intentamos verlo en dos ocasiones. Siempre que íbamos hacia el norte, donde podía verse más fácilmente, había niebla que no dejaba ver absolutamente nada. Al segundo intento también nos encontramos niebla por el camino.
Yendo hacia el norte para ver el sol de medianoche
Y como siempre, se consiguió el objetivo. Después de pasar mucho frío y desvariar en cantidades industriales como viene siendo habitual, pudimos ver cómo el sol no llegaba a ponerse en el horizonte.
La foto de la victoria
Puede que éste sea el tercer mejor sitio de Noruega que he visitado, pero cada lugar es tan distinto dependiendo de la gente con la que viajas… que es difícil decidirse. Sobre todo cuando hay tantas historias, anécdotas, buena gente, cervezas, rayas y ovejas.
Ejem, no quiero ni imaginarme que tienen que ver las rayas y las ovejas en todo esto. Por cierto, lo de que se llame bacalao es doblemente extraño, porque es una palabra de origen vasco…
Hombre, no es tan raro, los vascos eran reconocidos cazadores de ballenas, así que es posible que mantuviesen contacto con esta gente del norte. Con los islandeses al menos sí que lo hicieron:
http://www.mxhome.es/2009/09/03/sobre-vascos-que-cazan-ballenas-en-islandia/
Nunca subestimes el poder de la globalización jejeje
Impresionante sitio. Inolvidable.
Mecagüen, mira que pedermelo !!! :S
Elegisteis la fecha a mala leche 😛
Por cierto, muy chulo el sitio y… ya te ha costado decir algo del viaje 😉
Eyyy ya estoy de vuelta… ahora me piro a Francia unos días pero antes quise leer tu actualización que por cierto estoy esperando a ver cuando decides volver a las Svalbard… asi podremos bañarnos juntos en Ártico jejeje lo de remar en un barco vikingo hubiera estado bien… mejor que la trainera igual eh!!! espero que todo bien tras la maratón. un abrazo.
Rayas??? :S digo… muy chulas las fotos! Tiene pinta de ser un sitio precioso, aunque parece que haga un frio do cohones!